En la llegada a la Vereda Bella Cecilia, me encontré con este hermoso paisaje, en el que pude apreciar el baño de estas dos criaturas que a mi parecer no alcanzan los 10 años de edad, lo raro no es la edad de los pequeños, si no la soledad en la que se encontraban y la tranquilidad que ellos mostraban, por lo que se deduce que ir solos hasta este lugar a bañarse es una costumbre para ellos. Al preguntarles si no les daba temor, miedo estar solos en un sitio que representa peligro para ellos, me respondieron “nuknuknuk” y por el gesto de la cabeza deduzco que no tenían miedo. Vaya coraje o que inocencia.
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